Hola, queridos lectores y benefactores de Franciscan Mission Associates. Soy estudiante de segundo año de Teología aquí en Roma, y me encanta. Quise compartir un poco sobre mí con ustedes para agradecerles por las diversas formas de apoyo que nos han brindado a nosotros, los hermanos en formación, y para mostrarles cuánto nos ayuda en nuestro camino.
Crecí en una familia católica de principios y tradiciones. Desde niño, mis padres y mi abuela materna me inculcaron la fe a través de la oración, especialmente con el rezo del Rosario y la asistencia a la Misa los jueves y domingos. También estudié en un colegio católico dirigido por las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús (Madre Cabrini). Esto me permitió conocer y participar en las actividades religiosas que se llevaban a cabo en la escuela.
Mi madre y mi abuela materna fueron las mayores influencias en mi discernimiento de la vocación a la vida religiosa. Lo que más valoro del carisma franciscano es que no se enfoca únicamente en un área específica—por ejemplo, la educación, la misión o el cuidado de los enfermos—sino que permite servir en cualquier tipo de apostolado. Somos una orden de vida contemplativa, pero también somos activos: estamos en contacto con las personas, llamados a ministrar y a difundir el Evangelio.
Oportunidades brindadas por la Provincia IC
El mayor desafío para mí ha sido dejar mi país y mi familia, adaptarme a otra cultura y aprender otros idiomas. Afortunadamente, pertenezco a la Provincia Franciscana de la Inmaculada Concepción (IC), con sede en la ciudad de Nueva York. Esta provincia tiene una visión amplia y valora a cada uno de sus frailes, a quienes cuida con esmero. Cada uno de los frailes es importante, sin distinción.
Asimismo, la Provincia IC ofrece a sus estudiantes la oportunidad de vivir el año de noviciado en Asís, la tierra de San Francisco, y luego estudiar en una universidad pontificia en Roma. Esto nos brinda una perspectiva de una orden internacional y una iglesia universal. Los frailes en votos temporales reciben una formación integral.
Aprender italiano ha sido fundamental para sumergirme en nuestros estudios y en la cultura de Italia. La provincia, a través de la generosidad de Franciscan Mission Associates (FMA) y sus benefactores, también nos equipa para los diversos programas sociales que existen en Centroamérica y que ayudan a muchas personas de escasos recursos. Con el apoyo económico, la Provincia IC da esperanza a cada persona que se beneficia de los proyectos que dirige.
El servicio como testimonio
El servicio es el gesto de estar cerca de las personas, atento a sus necesidades y a su bienestar. Es la manera en que doy testimonio de mi vida como franciscano. La base de nuestra vocación es Dios. Él me ayuda a ser fiel cada día a su llamado. Me da fuerza y alegría en los momentos difíciles. Lo más importante para mí es mantener una relación con Él; pero también, el contacto con las personas a través del apostolado en el que participo (catequesis para el sacramento de la confirmación) me ayuda a vivir con alegría.
Para concluir, deseo expresar mi más sincero agradecimiento por su contribución a mi formación. Significa mucho para mí y es un incentivo más para ser un buen fraile. Cada día los encomiendo en mis oraciones.
Acerca de la formación
Los sacerdotes y hermanos franciscanos siguen los pasos del Señor Jesús y de San Francisco y aceptan el don de la pobreza como una forma de vida. No poseen nada, pero aun así comparten por igual como hermanos todo lo que Dios provee a través de su generosidad.
Educar y apoyar a un seminarista en sus estudios cuesta más de $10.000 al año. Muestre su apoyo a nuestros Hermanos Franciscanos haciendo una donación hoy mismo.
Gracias y que Dios lo bendiga.