Únete a nuestra Peregrinación Anual del 14 al 23 de abril del 2026
Celebra el 800.º aniversario del fallecimiento de nuestro padre, San Francisco.
Reflexiones franciscanas de los Asociados de la Misión Franciscana

Reflexiones franciscanas semanales

Reciba reflexiones franciscanas directamente en su bandeja de entrada cada semana.

Reflexión para la semana del 26 de Octubre de 2025

La humildad es la verdad 

¿Crees que Dios nos conoce mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos? Como nuestro Creador, Él es omnisciente (lo sabe todo) y omnipresente (está en todas partes). Por lo tanto, Dios lo sabe todo sobre nosotros: conoce la verdad sobre quiénes somos. 

Conoce nuestros dones, nuestras debilidades, nuestros miedos, nuestros deseos, y mucho más. Es impactante pensar que Dios también conoce cada pecado que hemos cometido y cada pecado que cometeremos. Y aun así, nos llama a ser sus discípulos. 

Dios existe fuera del tiempo y del espacio (como también existiremos nosotros cuando estemos en el cielo), por lo que tiene una perspectiva mucho más completa de nosotros que la que nosotros tenemos. Ser humildes significa intentar conocernos a nosotros mismos como Dios nos conoce. 

Para lograr esto, debemos ser honestos con nosotros mismos y estar abiertos a recibir comentarios de los demás. La palabra “humildad” proviene del latín humus, que significa “tierra” o “suelo”. Así como el agricultor que trabaja la tierra llega a conocerla a fondo, así también Dios nos conoce por completo, por dentro y por fuera. 

Si seguimos en el camino del autoconocimiento, estamos avanzando por la senda de la humildad. Esto nos mantiene con los pies en la tierra, en la verdad de quienes somos. Somos creación del Señor. Él se enorgullece de nosotros y quiere que celebremos y usemos los dones que se nos han dado para el bien de toda la creación. También desea que trabajemos en aquellas áreas de debilidad que nos alejan de Él. Cuando esta práctica se vuelve parte natural de nuestras vidas, podemos llegar a ser más humildes, porque comprendemos que dependemos de Dios para todo. 

Hay un dicho hermoso que puede ayudarnos en esta búsqueda de una mayor humildad: “La humildad no es pensar menos de ti mismo, sino pensar menos en ti mismo.” 

Esta semana, confiemos más en Dios para que nos muestre el camino y pensemos un poco menos en nosotros mismos. 

Ayude a que el trabajo de los franciscanos perdure para siempre.