¡Paz y bendiciones para ti!
Es para mí una alegría y un honor compartir este, mi primer mensaje como nuevo Director de los Asociados de la Misión Franciscana (FMA) y Ministro Provincial de la Provincia de la Inmaculada Concepción.
Hoy celebramos la Fiesta de San Francisco de Asís, un día de gran gozo, celebración y reflexión para mis Hermanos Franciscanos y para mí. Este año tiene un significado especial, pues conmemoramos el 800.º aniversario del Cántico de las Criaturas de San Francisco.
Aunque han pasado siglos desde que Francisco caminó por la tierra, su visión y sus valores son hoy más relevantes que nunca. Veía el sol, la luna, la tierra y todos los seres vivos como dones preciosos que Dios nos confía para que los cuidemos y protejamos—por eso es el querido patrono de los animales y de la ecología.
El legado de Francisco sigue inspirando a las nuevas generaciones. Este domingo 5 de octubre, cuatro de nuestros frailes estudiantes serán ordenados diáconos, después de que esta pasada primavera celebráramos la ordenación sacerdotal del P. John. Estos momentos nos recuerdan que la obra de Cristo, continuada por Francisco, sigue viva y floreciente en la Iglesia de hoy.
Francisco era conocido por su espíritu alegre y sencillo—una alegría nacida de saberse profundamente amado por Dios. Él nos enseña que nosotros también podemos experimentar a Cristo Resucitado viviendo en nuestros corazones, si tan solo nos abrimos a Él.
Es únicamente gracias a la generosidad de personas como tú que mis Hermanos Franciscanos y yo podemos llevar a cabo la obra de Cristo, tanto en tierras de misión como en parroquias cercanas. Con tu apoyo, seguimos el legado de Francisco: alimentar a los pobres, brindar educación y atención médica a los más vulnerables, y acompañar la formación de los frailes estudiantes franciscanos.
En honor a San Francisco, te invito humildemente a considerar hacer hoy un pequeño donativo. Recuerda: ningún regalo dado con amor es demasiado pequeño a los ojos de Dios.
Que el Señor te bendiga,

P. Patricio, OFM
Apoya a los Franciscanos
Los Frailes Franciscanos viven el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo en obediencia y sin nada propio. Dependemos totalmente de la generosidad de los demás para continuar la obra de Cristo.