Abrazar la fe en la era digital

Los santos, como San Antonio, no contaban con computadoras, teléfonos, luces eléctricas ni ninguna de las comodidades modernas que facilitan el aprendizaje. A pesar de ello, lograron alcanzar un gran conocimiento y sabiduría. Este conocimiento no se les otorgó mágicamente; lo adquirieron a través del estudio y la oración constante. Aprendieron a hablar nuevos idiomas, a escribir sobre sus pensamientos y puntos de vista, y a expresar correctamente las verdades de la fe católica. Nunca abandonaron su deseo de acercarse más a Dios y de ayudar a otros a hacer lo mismo. Y lo hicieron con humildad, sin tratar nunca de atraer la atención hacia sí mismos.

El mundo de hoy está literalmente al alcance de la mano. Si no sabemos algo, podemos buscarlo en Internet. Actualmente, hay una enorme cantidad de conocimiento disponible, y acceder a él es tan fácil como presionar unos cuantos botones en nuestro teléfono. Las generaciones pasadas tuvieron que esforzarse mucho más para obtener la misma información que ahora tenemos tan fácilmente al alcance de la mano. ¿No debería esta facilidad de acceso darnos una mayor capacidad para profundizar en nuestra fe católica?

Existen numerosos recursos para aprender sobre los santos, los sacramentos y las enseñanzas de nuestra fe. Todo esto nos será de gran ayuda en nuestro camino de formación en la fe. En un discurso durante el Año de la Fe (2012-2013), el Papa Benedicto XVI nos recordó a los fieles que tenemos el deber de seguir creciendo, aprendiendo y compartiendo la fe:

¿Qué es la fe? ¿Sigue teniendo sentido la fe en un mundo donde la ciencia y la tecnología han abierto horizontes impensables hasta hace poco tiempo? ¿Qué significa creer hoy? En nuestros tiempos, una renovada educación en la fe resulta imprescindible. Dicha educación debe abarcar no solo el conocimiento de las verdades de la fe y los acontecimientos de la salvación, sino que, principalmente, debe nacer de un encuentro auténtico con Dios en Jesucristo. Este encuentro ha de inspirarnos a amarlo, confiar plenamente en Él y orientar toda nuestra vida hacia Él.

También debemos reflexionar si estamos dando prioridad a nuestra formación en la fe en nuestra vida diaria. Al igual que los santos, nunca debemos rendirnos. Podemos estudiar la doctrina y profundizar en la vida de los santos. Artículos, seminarios web, podcasts, televisión católica e incluso los clásicos libros son solo algunas de las muchas maneras en que podemos acceder fácilmente a información espiritual.

Debemos dedicar tiempo a reflexionar sobre lo que necesitamos hacer para convertirnos en faros de luz en un mundo que a veces parece oscuro. Todo lo que realmente vale la pena en la vida requiere tiempo y esfuerzo, como lo demuestra de manera ejemplar la vida de los santos. Podemos honrar sus vidas viviendo con una fe auténtica y comprometiéndonos con la evangelización.

Afiliaciones