Fondo Franciscano de leche para los niños de la Misión

¿Sabías que cada cinco segundos un niño muere de hambre? Tres millones de niños al año no llegan a su quinto cumpleaños porque no recibieron suficiente alimento. Millones más tendrán un desarrollo atrofiado y sufrirán de por vida, la realidad es desgarradora.

¡No tiene que ser así! Dios bendijo nuestro mundo con suficiente comida para alimentar a todos, incluyendo a los más pobres del mundo. Pero depende de la gente de fe, gente como tú y como yo, compartir Su generosidad donde sea necesario.

Si San Francisco de Asís estuviera aquí, haría lo que fuera necesario para proporcionar a estos niños la nutrición que necesitan para prosperar. Y eso es exactamente lo que los franciscanos están haciendo hoy a través de nuestro Fondo de Leche.

Muchos niños en nuestras misiones están sufriendo de desnutrición severa y hambre, la falta de algo como una dieta balanceada hace que muchos niños y niñas pequeños queden lisiados durante toda su vida. Están marcados de por vida antes de que puedan caminar o hablar. La falta de leche fresca o incluso de leche en polvo sigue siendo una necesidad apremiante de los niños de la misión y de sus madres.

Sin comer lo suficiente, la continua falta de alimento causa un crecimiento físico atrofiado, un grave retraso mental, y deja a los pequeños de Dios como presa fácil para cualquier enfermedad e infección.

Con la ayuda de nuestros benefactores, los hermanos en nuestras misiones trabajan para mejorar la vida de estos niños, proporcionándoles leche, fórmula y alimentos.

Ayuda a un niño de hoy a ser más fuerte en cuerpo y mente, más capaz de resistir los gérmenes y parásitos, y a desarrollar la forma en que Dios quiere que crezcan todos los niños.

¡Es tan fácil hacer la diferencia! Sólo unos centavos al día pueden salvar la vida de un niño. Por favor, apoya el Fondo Franciscano de Leche hoy. Cuanto más ofrezcas, más niños podrán salvar nuestros frailes. Pero ya sea que dones $100, $50, $10 o $5, te estaremos muy agradecidos. Recuerda, cada niño es un regalo de Dios.

Que Dios te bendiga por abrir tu corazón a los niños pequeños.

«Los generosos serán bendecidos, porque comparten su comida con los pobres». Proverbios 22:9