Santa Mónica

Nacida en 332, Santa Mónica fue un ejemplo de esposa, madre y viuda cristiana.

La historia de Santa Mónica

La vida de Santa Mónica estuvo dedicada a lograr que su familia se convirtiera al cristianismo católico. Primero, vio a su esposo Patricio entrar en la Iglesia antes de morir. Luego puso su mirada en la conversión de su hijo Agustín.

Santa Mónica y Agustín

A pesar de su santidad, Mónica no siempre supo cómo guiar a su brillante pero errante hijo. Ella lo instó a casarse, y casi lo hizo. Una vez, le rogó a un obispo que hablara con él. El obispo se dio cuenta de que Agustín no estaba listo para escuchar lo que tenía para decirle, pero le dijo a Mónica: «Es imposible que el hijo de tantas lágrimas perezca».

Mónica aceptó eso como una respuesta del cielo y siguió orando. Después de muchos años, Agustín entró en la Iglesia de la mano de San Ambrosio en Milán en 387. Eventualmente, Agustín se convirtió en sacerdote y más tarde en obispo de Hipona, en el norte de África. Agustín fue un gran erudito, fundó una orden religiosa y, finalmente, fue canonizado como San Agustín de Hipona.

Veneración de Santa Mónica

Mónica es honrada por nunca perder la esperanza ni su fe en Dios, a pesar de las tribulaciones en su vida familiar, que incluyeron el adulterio de su esposo y los defectos morales de su hijo. Ella es invocada por aquellos que oran por la conversión de sus seres queridos, especialmente por los padres y los abuelos que desean que sus hijos crezcan en la fe dentro de la Iglesia Católica. Su fiesta se celebra el 27 de agosto.

Cómo rezarle a Santa Mónica

Haga una ofrenda con una intención especial para orar a Santa Mónica

Ayude a que la labor de los franciscanos perdure para siempre.

Afiliaciones