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Cuando fallamos el blanco: libertad y pecado
Forgiveness

Cuando fallamos el blanco: libertad y pecado

La libertad es un don extraordinario. Las sociedades occidentales, en general, se fundan sobre principios de libertad individual. Pero esos principios tienen raíces aún más profundas en la libertad que Dios nos ofrece: nuestro libre albedrío.

El libre albedrío significa que podemos elegir los caminos que tomamos en la vida y las acciones que realizamos. Dios nos dio esta capacidad porque sin libertad no podríamos amar. El amor es una elección moral, y debemos ser libres para elegirlo. Cuando amamos, imitamos a Dios.

La libertad, sin embargo, tiene un aspecto delicado: también nos permite tomar decisiones egoístas, que no son de amor. Amar significa “querer el bien del otro”. Cuando elegimos nuestro propio bien por encima del de los demás, hacemos un mal uso de la libertad. Si una decisión que tomamos viola una de las leyes morales de Dios, eso se llama pecado.

La palabra “pecado” significa literalmente “fallar el blanco”. Es una manera excelente de entenderlo. Cuando pecamos, fallamos el blanco que Dios nos ha puesto: actuar con amor. Nuestra fe y nuestra experiencia nos dicen que el pecado es real. Todos nosotros fallamos el blanco alguna vez y necesitamos el perdón de nuestro Creador. Afortunadamente, Él siempre está dispuesto a ofrecérnoslo. Hoy en día, a menudo nos encontramos con la idea de que el pecado no existe.

Esta semana, te invito a reflexionar sobre el perdón de Dios aceptando la realidad del pecado y la libertad de elección que tenemos en todos los asuntos morales.